ARTÍCULO ORIGINAL
Algunas consideraciones de la personalidad en homicidas
Some considerations of personality in murderers
MSc. Dr. Eduardo Carvajal Rodríguez1, MSc. Dra. Lisbette Abreu Pérez2, MSc. Dr. Ricardo Rodríguez Jorge3
1 Máster en Psicología de la salud y Bioética. Especialista de I y II Grados en Medicina
Legal. Profesor Auxiliar de la Universidad de Ciencias Médicas "Dr. Serafín Ruiz de Zárate
Ruiz", Santa Clara. Hospital Clínico Quirúrgico "Arnaldo Milián Castro", Santa Clara, Villa Clara,
Cuba. Correo electrónico: yldelisa@uclv.edu.cu
2 Máster en Bioética. Especialista de I Grado en Medicina General Integral y
Psiquiatría infanto-juvenil. Profesor Asistente de la Universidad de Ciencias Médicas "Dr. Serafín Ruiz
de Zárate Ruiz", Santa Clara. Policlínico "Roberto Fleites", Santa Clara, Villa Clara, Cuba.
Correo electrónico: yldelisa@uclv.edu.cu
3 Doctor en Ciencias Médicas. Máster en Educación Médica Superior. Especialista de I y
II Grados de Medicina Legal. Profesor Titular de la Universidad de Ciencias Médicas "Dr.
Serafín Ruiz de Zárate Ruiz", Santa Clara. Hospital Clínico Quirúrgico "Arnaldo Milián Castro",
Santa Clara, Villa Clara, Cuba. Correo electrónico: yldelisa@uclv.edu.cu
RESUMEN
La Psiquiatría forense demanda la sistematización y la solidez de los conocimientos en la realización de sus pericias para que aporten a los operadores del Derecho Penal la solidez que demandan los servicios jurídicos. Se presenta un estudio retrospectivo, transversal y descriptivo que vincula el estado mental y la biopsicogénesis en victimarios de homicidios durante el período de 1990-2010 en la Provincia de Villa Clara. Predominaron las edades de adultos jóvenes y mediana edad, sin pareja estable, solteros, desvinculados laboralmente, con niveles de escolaridad secundaria, sin presencia de comisión de delitos anteriores, no se constataron asociación con drogas o alcohol, nivel de funcionamiento psicopático en personalidades premórbidas con impulsividad, agresividad, inestabilidad emocional, predomina el coeficiente de inteligencia normal, con egocentricidad y extratensivos según la prueba de Rorschard, se concluyeron imputables mayoritariamente.
Palabras clave: personalidad, homicidio
ABSTRACT
Forensic Psychiatry demand systematization and soundness of knowledge in performing their expertise to contribute to operators of Criminal Law the robustness which demand legal services. It is presented a retrospective, cross-sectional and descriptive study linking mental state and biopsygenesis into victimizers of homicides during the period from 1990-2010 in the province of Villa Clara. Predominated the ages of young adults and middle-aged, no stable partner, unmarried, unrelated to the workforce, with levels of secondary schooling, without the presence of commission for previous offenses, no association with drugs or alcohol, level of psychopathic operation in premorbid personalities with impulsivity, aggression, emotional instability, dominates the coefficient of normal intelligence, with egocentricity and extratensives according Rorschard test, it was concluded mostly imputables.
Key words: personality, homicida
INTRODUCCIÓN
El Derecho Penal requiere que los conocimientos ofertados por sus ciencias auxiliares
sean sólidos, sistematizados y evaluados por la práctica; en Cuba el conocimiento clínico y
las posibilidades de atención psiquiátrica ya organizadas reúnen estos requisitos.
Dentro de las áreas periciales de la Psiquiatría, en auxilio al Derecho Penal, se encuentra
la determinación del estado mental del victimario o autor en el momento de cometer la
acción delictiva, aquí los peritos se pronuncian en retrospectiva, sobre cuál era el estado mental
del acusado en ese momento y esto provoca universalmente "dudas" sobre si es o no
científico pronunciarse en este
sentido.1
Parecería que el psiquiatra, el psicólogo o el legista encargados de dar respuesta a
esta interrogante son víctimas propiciatorias de una duda que lejos de serle específica es común
a todos los vinculados profesionalmente o técnicamente a una causa judicial, ya sea
como perito, investigador, instructor, defensor y juez, entre otros, pues todas ellas tendrán
que conocer de referencia un fragmento de la historia conductual del peritado, sus
motivaciones, entre otras y decidir, en retrospectiva, si fue o no culpable o imputable o cómo hizo cuál o
más cuál cosa.1-3
Para los miembros del tribunal pudiera ser más o menos difícil pronunciarse en
retrospectiva sobre la culpabilidad o la inocencia de alguien, pero si lo hace nadie tendrá dudas de cómo
se atrevió a pronunciarse en retrospectiva. En la peritación psicopatológica este es un punto
muy difícil de trabajo, pero si se dispone de la información puede no serlo
tanto.1
Hay que tomar en consideración las circunstancias y su concatenación con lo obtenido en
el examen actual de su psiquismo (examen clínico directo, estudios psicométricos, entrevistas
a familiares, médicos, amistades, vecinos, así como, si son necesarios, estudios
neuropsicológicos y tomográficos entre otros); si se carecen de ellos solamente podría reflejarse en el
dictamen pericial el estado mental actual del peritado o repetir diagnósticos previos al delito.
Para esto se utilizan las modalidades de la atención psiquiátrica forense como el
examen psiquiátrico de urgencia, el peritaje ambulatorio -que es el que más se usa en el país y tiene
la ventaja de que se realiza en el entorno y el medio social del peritado- o el ingreso
para observación psiquiátrica cuando el estado mental del peritado lo requiera o porque se
haga necesario la aplicación de recursos de exploración ubicados a nivel hospitalario y hacer
la peritación más operativa para aplicar dichos exámenes (o ambas).
De aquí se desprenden dos problemas considerados importantes para que el dictamen
pericial psiquiátrico forense solicitado sea científico y útil y pueda establecerse la responsabilidad
penal del sujeto:
1-Conocer plenamente las circunstancias del delito si está esclarecido (que conozcan
los peritos todas las informaciones posibles con que se cuenta)
2-El dictamen pericial psiquiátrico puede ser pobre o escueto y esto, lógicamente, no puede
ser aceptado por las partes solicitantes, debido a lo que pueden pedir ampliaciones o rectificaciones.
Los exámenes psiquiátricos forenses se hacen según la metodología establecida y los
realiza personal calificado (peritos en Psiquiatría, Medicina Legal, Psicología). Las entrevistas
se comienzan lo más cercano posible a la ocurrencia de los hechos delictivos, especialmente si
se pudiera tratar de un trastorno mental transitorio en cualquiera de sus variantes, y aquí
el examen de urgencia serviría para "fijar" aspectos psiquiátricos y otros de carácter
biológico vinculados al estado mental.
Los delitos tipificados en Cuba contra la vida y la integridad corporal según el Código Penal
al ser delitos graves llevan siempre componentes o determinantes de las conductas violentas
que responden a factores genéticos, sociales, hormonales, medioambientales y situacionales,
al consumo de sustancias, a alteraciones en los neurotrasmisores, entre otros; en general,
las conductas violentas llevan siempre una agresividad destructora (auto o heteroagresión).
En el análisis de la violencia hay que centrarse en los impulsos y los controles: los
primeros llevan implícito, de un lado, los conflictos en el entorno interpersonal mediado por
variables personológicas (necesidades, motivaciones, intereses, rasgos de personalidad y
temperamento, entre otros), todo en relación a la existencia de estados externos necesarios dentro de estos
y estados internos suficientes llamados ajustes orgánicos neurológicos; el control lleva
implícitas la desinhibición química y la fragilidad intrapsíquica (daño en la autoestima, limitado
control emocional y experiencias tempranas traumáticas, entre otras).
El examen de todas las manifestaciones del accionar, las motivaciones de la conducta
delictiva y otras más se investigan en función de la personalidad total del individuo y su
inseparable contexto social, en el que el perito médico debe descubrir el valor y la significación que
ese mundo adquiere para el delincuente.4
La significación y la intencionalidad de la conducta constituyen un todo organizado
(portador de un sentido) que se dirige a un fin. Por ende, la conducta delictiva es una conducta
concreta del individuo, expresión de una relación con la victima en un lugar y fecha determinada.
La dificultad del delincuente para aceptar la ley significa, desde el punto de vista social,
una alteración, una violación y una transgresión de la norma establecida que implica una
anomalía adaptativa en el desarrollo de su
personalidad.5
Para realizar la pericia médica sobre el estado del autor homicida se debe partir de la
realización de una buena semiológica de la conducta delictiva, para lo que se deben tener en cuenta
el autor (biopsicogénesis individual y la sociogénesis) y el acto delictivo. Así se configuran
su personalidad de base y las influencias ambientales, la historia vital que permite interpretar
la criminogénesis o las causales para delinquir.
Este trabajo muestra al victimario o al autor en lo referente a la biopicogénesis individual, lo
que tiene un rol de primera línea en los estudios de la conducta violenta de la personalidad
en homicidas únicos, y tiene como objetivo precisar los factores biopsicogénicos de los autores
de homicidios a los que se les realizó peritaje psiquiátrico forense especial según la
Instrucción número 150/89 del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) en el período de 1990 a 2010 en
la Provincia de Villa Clara.
MÉTODOS
Se realizó un estudio retrospectivo, transversal usando un método estadístico descriptivo
de los peritados a los que se les solicitó la realización de peritaje psiquiátrico forense
especial según la Instrucción número 150/89 del MINSAP.
El universo estuvo conformado por 15 solicitudes que obran en las respectivas historias
clínicas pertenecientes al Hospital Psiquiátrico Provincial Docente "Dr. C. Luis San Juan Pérez" de
Villa Clara desde los años 1990 a 2010. Según los criterios de inclusión los peritajes
seleccionados fueron del sexo masculino. Se siguió la metodología establecida, que incluye la realización
de pruebas diagnósticas como el psicodiagnóstico de Rorschard, la prueba de L. Bender y la
de apercepción temática (TAT) y la escala de Weschler Belleveu II. La muestra quedó
conformada por 12 historias clínicas, que representan el 75% del universo.
Las variables se diseñaron como epidemiológicas: edad en años, estado civil -en relación a
si tenía o no pareja estable-, vinculo laboral -si tenía trabajo efectivo y responsable o si
era desvinculado laboral por más de tres meses-, presencia de hijos -nacidos o no de parto
normal-; las variables socioculturales: antecedentes penales (en números), tipos de delitos
anteriores (contra la vida y la integridad corporal, sexuales, robos con fuerza o violencia),
homicidio vinculado durante la acción delictiva a otro delito (robos, violaciones, atentados),
escolaridad, ingestión de alcohol o sustancias psicotrópicas en el momento de la acción delictiva y,
por último, las variables del nivel psíquico (psicológicas): la personalidad premórbida
(datos descriptivos dados por los familiares allegados y que se encuentran en la entrevista familiar y
la historia social psiquiátrica), el estado mental actual (nivel de funcionamiento psíquico actual
y en el momento de las tres entrevistas realizadas al peritado-psicopático-neurótico-psicótico
-deficitario-normal) y los estudios textológicos (psicométricos) -pruebas proyectivas del
tipo psicodiagnóstico de Rorschard y la de apercepción temática (la de Rorschard se basa en
el contacto con la realidad y el nivel intelectual, así como en los factores motivacionales
y emocionales de la personalidad, que son las tendencias oposicionistas, negativistas y
la agresividad, y el tipo vivencial, que son el coartivo, el coartivo extremo, el extratensivo
adaptativo y el extratensivo egocéntrico y la TAT en las áreas de conflicto y de la imaginación, y la
prueba de L. Bender (organicidad), así como la escala de Wesler Belleveu II, para la inteligencia y
las conclusiones del dictamen final en base a la categoría de imputable o no para comprender
el alcance de sus actos y dirigir su conducta-.
RESULTADOS
La edad de los victimarios oscila entre los 22 y los 46 años, edades que corresponden a las
del adulto joven y medio, con una distribución media de 30.6 años y la moda de 28. La
distribución de la mediana en relación a la edad fue de 29 años, lo que refleja la existencia de
concordancia en el predominio de la edad entre los intervalos de distribución de 28 a 31 años de edad
para esta variable discreta.
En relación al estado civil se muestra un comportamiento proporcional al ser 50% solteros
(sin pareja estable). En relación al contraste de esta variable y la existencia de hijos son
los solteros y sin pareja estable los que tienen hijos en relación inversamente proporcional a
los que no sean de pareja estable, es decir, pareja estable pocos hijos y sin pareja estable
más hijos. Los autores estudiados vivían generalmente con la madre, lo que puede guardar
relación con una cierta dependencia madre-hijo, nacidos en su mayoría de parto normal (12 casos,
para un 89.2%).
En 12 casos (89.2%) no se constató la existencia de vínculo laboral, lo que se relaciona con
su personalidad premórbida. En la mayoría predominan la ansiedad, la impulsividad y la
agresividad, con tendencia a la explosividad, a ser caprichosos y emotivos, del tipo desordenado,
con dificultades en las relaciones interpersonales -se incluye el pobre control de impulsos en los
12 casos estudiados-, prevalecen las alteraciones y las acciones violentas en el entorno
familiar, existen antecedentes policiales y judiciales; en relación a la comisión de hechos delictivos
en solo cuatro casos (33.3%) se recogen los antecedentes de desacatos, hurtos y lesiones y
en uno de ellos (8.4%) se comprobó la existencia simultanea del homicidio en el curso de
un hecho delictivo (robo con violencia).
El 75% de homicidas muestran un nivel escolar de noveno grado, nivel mínimo de instrucción
en Cuba.
En los estudios periciales realizados se hace referencia al nivel de funcionamiento
psicológico: nueve casos (75%) presentaban funcionamiento psicopático y tres (25%) funcionaban a
nivel psicótico.
En tres casos (25%) se señala el nivel de funcionamiento psicótico correspondiente a
esquizofrenia paranoide como debut de su enfermedad; para estos diagnósticos se requiere
de un período largo de observación (ingreso hospitalario como modalidad de atención
psiquiátrico forense), que concluye con el criterio médico-jurídico de inimputabilidad.
La prueba de L. Bender informa en 11 casos (91.6%) la no existencia de signos de organicidad.
El coeficiente de inteligencia según lo encontrado en la escala de Wechsler Bellauve II
señala cifras entre los 89 y 117 puntos, lo que corresponde a los rangos de normal torpe a
normal brillante (recuérdese que el 75% de los casos tenían noveno grado terminado); no se
encontraron signos patológicos en los encefalogramas realizados -tanto el normal como el realizado bajo
la inducción alcohólica-, en uno de ellos se asoció la ingestión de alcohol como
factor criminoimpelente durante la comisión del hecho delictivo, pero no se encontró disfunción
cerebral por este examen, por lo que no se consideró loable la realización de otros estudios
imagenológicos como la resonancia magnética nuclear, los estudios tomográficos cerebrales u otros
estudios neurofisiológicos.
Al analizar el psicodiagnóstico de Rorschard se observó que el nivel intelectual se
corresponde a lo encontrado en la escala de Wechsler en relación con el coeficiente de inteligencia,
el contacto con la realidad estuvo perturbado con funcionamiento psicótico en tres casos,
algo que concuerda con lo apreciado en la prueba de apercepción temática (TAT).
Los factores motivacionales y emocionales de la personalidad incluyen elementos de
predominio de la acción sobre el pensamiento, la impulsividad, la rigidez, la agresividad y las
tendencias oposicionistas en los nueve casos con diagnóstico de trastorno de la personalidad
tanto emocionalmente inestable (ocho casos) como uno diagnosticado con psicopatía disocial, lo
que tiene relación con los resultados de la prueba de apercepción temática referente a la esfera
de conflictos de sustrato emocional y de imaginación con elementos de violencia, agresividad
y oposición.
En relación al tipo vivencial en los nueve casos con funcionamiento psicopático predominó
el color y los extratensivos egocéntricos sobre los cuartativos y adaptativos (relación 7:2).
DISCUSIÓN
Laura González y Loynaz señalan en sus estudios el predominio de las edades entre los 20 y
40 años de edad sobre los mayores de 40 y 60 años, lo que coincide con los resultados de
este estudio y muestra que predominan las edades de adultos jóvenes en la comisión de
homicidios sobre los adolescentes (menos de 18 años de
edad).6,7 Laura González señala el 85% de
su muestra y, dentro de ellos, los trastornos de la personalidad, de lo que se infiere que los
actos violentos presentan un inicio prematuro tal y como informan también Coid y Jang en
su publicación.6-8
Autores que han publicado sobre el tema señalan que en los homicidios estudiados
existe fascinación por las armas en pequeños con características personológicas premórbidas
explosivas y ansiosas, resultados semejantes a los encontrados en este
estudio.6-8 Estas
características premórbidas de la personalidad emergen desde el inicio de los datos aportados durante
la solicitud de la peritación y pudiera corresponderse con la propia idiosincrasia de los
trastornos de personalidad (impulsividad e intensidad junto a la inestabilidad de las relaciones
interpersonales) en su estrecha relación con la comisión de los actos
delictivos.6,7,9
Resultados similares fueron publicados por Desrosiers y colaboradores en relación a la ya
existencia de trastornos de personalidad en delincuentes homicidas en base a la expresión de una
conducta violenta tanto en la comunidad o en la vecindad como en sus gustos personales,
factores importantes que influyen en la génesis de estas características
personológicas.9
Lo expuesto anteriormente respecto a la personalidad premórbida coincide con autores
foráneos consultados que señalan que los funcionamientos en personalidades psicopáticas son los
que más tienden a cometer hechos homicidas de gran violencia y se declaran imputables en
las culminaciones de sus informes periciales, lo que coincide plenamente con estos
resultados.2,6,7
Los autores consultados anteriormente plantean que los actos homicidas simples son
contra víctimas conocidas, algo que concuerda con lo informado en este estudio; se señala que
solo en un caso no se encontró la correspondencia entre el acto homicida y un vínculo
conocido.2
Autores consultados en los casos de debut de la esquizofrenia paranoide informan la
ocurrencia de homicidios violentos con respecto a manifestaciones clínicas de la enfermedad mental y
dan el criterio médico de inimputabilidad y eximen de responsabilidad penal de base
psicopatológica; este estudio coincide con lo informado
internacionalmente.7,9
Los datos son coincidentes con autores que señalan el consumo de sustancias como
factor criminoimpelente unido al acto violento; López y Becoña y de Fountoulakis en sus
estudios plantean la dualidad de los trastornos personológicos y el consumo de sustancias y que
esto aumenta la probabilidad de la ocurrencia de los actos violentos en tipos personológicos que
ya muestran elementos premórbidos de consumo riesgoso de sustancias psicotrópicas.
Esta asociación no fue encontrada en este
estudio.10,11
Lee K. y Jung, así como Sala y Sanderson, en sus estudios informan inteligencia normal o
normal alta en los trastornos de personalidad estudiados, resultados estos coincidentes con los
de este estudio, en el que solo se informó un caso de normal
torpe.12-14
En los tres casos con nivel de funcionamiento psicótico se encuentran tendencias a la
repercusión con poco control de la emotividad, pobre imaginación y perturbación del contacto con
la realidad, se apreciaron en ellos tendencias oposicionistas e impulsivas en la prueba de
Roschard y la TAT, lo que concuerda con estudios
foráneos.9,15
Sala y Sanderson, lo mismo que Loinaz, señalan en su estudio que en los psicópatas
no sexuales existe una agresividad especial si se comparaba con los psicópatas sexuales, lo que
se considera coincidente con este estudio. Ehrensaft, Cohen y Johnson plantean la
asociación entre las personalidades premórbidas con impulsividad y los trastornos emocionales en
la comisión de actos violentos, esencialmente en las parejas. Estos maltratadores pueden usar
la violencia como un instrumento para resolver conflictos con sus parejas y mantener el poder y
el control en sus relaciones, lo que no fue coincidente con estos resultados, en los que
predominaron los hechos violentos en delitos de corte no
sexual.7,12,14-16
Hubo un predominio en las edades de adulto joven y de mediana edad, sin pareja
estable, estado civil soltero, desvinculados socialmente del trabajo, nacidos de parto normal, con
nivel escolar de secundaria básica, sin presencia de delitos anteriores y otros delitos asociados
al hecho homicida (o ambos), no se constató ingestión de alcohol o drogas durante la comisión
de los hechos delictivos. Se informa, además, la no presencia de alteraciones orgánicas en
los casos informados y que predominan el nivel de funcionamiento psicopático en
personalidades premórbidas con impulsividad, agresividad, poco control de emociones, explosivas, con
ánimo de inestabilidad y capricho, con predominio de coeficientes de inteligencia normal promedio
y psicópatas egocéntricos extratensivos según la prueba de Rorschard, que son
imputables penalmente en su mayoria.
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Recibido: 6-10-2014
Aprobado: 29-1-2015
Eduardo Carvajal Rodríguez. Hospital Clínico Quirúrgico "Arnaldo Milián Castro". Avenida Hospital Nuevo e/ Doble Vía y Circunvalación. Santa Clara, Villa Clara, Cuba. Código Postal: 50200 Teléfono: (53)(42)270000. Correo electrónico: yldelisa@uclv.edu.cu
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