ARTÍCULO ORIGINAL
Caracterización del sangrado digestivo bajo en niños
Characterization of lower gastrointestinal bleeding in children
MSc. Dr. Juan Mario Reyes Vera1, MSc. Dr. Manuel Lara Martín2, MSc. Dr. Abel Armenteros García3, MSc. Dra. Juana María Portal Orozco4, Dra. Sara Esther Díaz Oliva5
1 Máster en Atención Integral al Niño. Especialista de I Grado en Medicina General Integral
y Gastroenterología. Profesor Auxiliar de la Universidad de Ciencias Médicas "Dr. Serafín Ruiz
de Zárate Ruiz", Santa Clara. Hospital Pediátrico Universitario "José Luis Miranda", Santa
Clara, Villa Clara, Cuba. Correo electrónico: juanmr@hped.vcl.sld.cu
2 Máster en Enfermedades Infecciosas. Especialista de I Grado en Medicina General Integral
y Gastroenterología. Profesor Auxiliar de la Universidad de Ciencias Médicas "Dr. Serafín Ruiz
de Zárate Ruiz", Santa Clara. Hospital Pediátrico Universitario "José Luis Miranda", Santa
Clara, Villa Clara, Cuba. Correo electrónico: mlara@hped.vcl.sld.cu
3 Máster en Atención Integral al Niño. Especialista de I y II Grados en Medicina
General Integral y en Cirugía pediátrica. Profesor Auxiliar de la Universidad de Ciencias Médicas
"Dr. Serafín Ruiz de Zárate Ruiz", Santa Clara. Hospital Pediátrico Universitario "José
Luis Miranda", Santa Clara, Villa Clara, Cuba. Correo electrónico: juanmr@hped.vcl.sld.cu
4 Máster en Enfermedades Infecciosas. Especialista de I y II Grados en Pediatría.
Profesor Auxiliar de la Universidad de Ciencias Médicas "Dr. Serafín Ruiz de Zárate Ruiz", Santa
Clara. Hospital Pediátrico Universitario "José Luis Miranda", Santa Clara, Villa Clara, Cuba.
Correo electrónico: juanmr@hped.vcl.sld.cu
5 Especialista de I Grado en Medicina General Integral y Gastroenterología. Profesor
Asistente de la Universidad de Ciencias Médicas "Dr. Serafín Ruiz de Zárate Ruiz", Santa Clara.
Hospital Pediátrico Universitario "José Luis Miranda", Santa Clara, Villa Clara, Cuba. Correo
electrónico: juanmr@hped.vcl.sld.cu
RESUMEN
Por diversas vías acuden, desde la atención primaria, los pacientes con episodios de sangrado digestivo bajo, por lo que se impone la necesidad de realizar la exploración del colon en busca de la causa que lo provoca y de aplicar la terapéutica correspondiente. Con el objetivo de caracterizar clínica, etiológica e histológicamente las causas del sangrado digestivo bajo en niños se realizó un estudio descriptivo transversal en una población constituida por los 152 pacientes atendidos en el Servicio de Gastroenterología y Endoscopia Digestiva del Hospital Pediátrico Universitario "José Luis Miranda" de Santa Clara en el período de enero de 2013 a diciembre de 2014. Predominó el sexo masculino y el grupo de edades de entre cinco y ocho años; la rectorragia como presentación clínica se presentó en 117 pacientes y la hematoquecia en 31; endoscópicamente no se hallaron alteraciones en 44 pacientes y los pólipos se encontraron en 61 niños -33 hamartomatosos, 16 juveniles, 10 inflamatorios y dos adenomatosos- y se diagnosticó adenocarcinoma de colon en un caso; la colitis ulcerosa en dos niños; las lesiones polipoideas más frecuentes estaban en el recto y no hubo complicaciones en los procedimientos realizados.
Palabras clave: hemorragia gastrointestinal, niño
ABSTRACT
Through various channels come from primary care, patients with lower gastrointestinal bleeding episodes, so, it is imposed the need for exploration of colon looking for the cause that provokes the episodes and to apply the appropriate therapeutic. In order to characterize clinical, etiological and histologically the causes of lower gastrointestinal bleeding in children a cross-sectional descriptive study was conducted in a population comprised 152 patients attended in the Gastroenterology and Digestive Endoscopy Service of "José Luis Miranda" University Pediatric Hospital in Santa Clara from January 2013 to December 2014. Predominating masculine sex and the age group of five to eight years; rectal bleeding as clinical presentation was made in 117 patients and hematochezia in 31; endoscopically, there were no alterations in 44 patients and polyps were found in 61 children- 33 hamartomatous, 16 youthful 10 inflammatory and two adenomatosos- and it was diagnosed colon adenocarcinoma in one case; ulcerative colitis in two children; Frequently polypoid lesions were in the rectum and there were no complications in procedures performed.
Key words: gastrointestinal hemorrhage, child
INTRODUCCIÓN
Uno de los más frecuentes motivos de remisión a las consultas especializadas de
Gastroenterología es el sangrado digestivo bajo (SDB); la mayoría viene directamente de las áreas de la
Atención Primaria de Salud y otros son derivados desde las Consultas de Cirugía. Se entiende por SDB
la pérdida de sangre que ocurre en el tubo digestivo por debajo del ángulo duodenoyeyunal
hasta el ano y dentro de las manifestaciones más habituales están la rectorragia, la hematoquecia,
la sangre oculta en las heces y la anemia ferropénica de posible origen gastrointestinal.
La rectorragia es un signo que se define como la expulsión de sangre roja y rutilante por el ano
en forma aislada o acompañada con las deposiciones; se considera un problema de salud
frecuente, aunque suele no ser grave, y muchas veces es causada por un problema ano rectal benigno
o autolimitado.
Cuando la causa del sangrado está en una zona más proximal puede presentarse en forma
de melena, aunque es mucho menos usual. La hemorragia digestiva con repercusión
hemodinámica es un problema poco frecuente pero potencialmente serio en la infancia. Las
diarreas sanguinolentas se manejan como disentería en el niño. Las causas de SDB más comunes
varían en dependencia de la edad del paciente: en el adulto muchas veces puede ser la
primera manifestación del cáncer colorrectal o de hemorroides dentro de las causas benignas; en
los niños no se comporta así, y las causas más habituales son la fisura anal y el pólipo juvenil
o hamartomatoso.1
Hace más de 10 años hubo una única investigación en el
medio2 en la que solo se abordaba el tratamiento endoluminal de los pólipos del colon en los pacientes pediátricos. En la
actualidad se desconoce cómo se comportan las causas del SDB en la población menor de 19 años en
el Hospital Pediátrico Universitario "José Luis Miranda" de la Ciudad de Santa Clara, Provincia
de Villa Clara, por lo que se decidió realizar el presente estudio para caracterizar el
comportamiento del sangrado digestivo bajo en pacientes pediátricos, sus causas y su diagnóstico
endoscópico e histológico, así como las complicaciones de los procedimientos.
MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo transversal en una población constituida por los 152 pacientes menores de 19 años con historia de sangrado digestivo bajo atendidos en las Consultas de Gastroenterología del Hospital Pediátrico Universitario de Santa Clara en el período de enero de 2013 a diciembre de 2014 que se ingresaron en las Salas de Gastroenterología para realizarles colonoscopia diagnóstica y terapéutica previo consentimiento informado de sus padres o de sus representantes legales. A todos los pacientes se les llenó un formulario que contenía las variables objeto de estudio: la edad, el sexo, el motivo de la consulta, el diagnóstico endoscópico, la localización de la lesión, el diagnóstico histológico y las complicaciones con los procedimientos realizados. Los datos obtenidos fueron procesados con el programa SPSS 15.0 para Windows. Los resultados fueron analizados con frecuencias absolutas y relativas.
RESULTADOS
En cuanto a la distribución de los pacientes según los grupos de edades y el sexo hubo predominio del sexo masculino (92, 60.52%) y del grupo de edades de cinco a ocho años (67, 44.07%). Le siguieron, en orden de frecuencia descendente, los grupos de nueve a 12 años (36, 23.68%) y de uno a cuatro años (32, 21.05%); solo 17 pacientes estaban en el grupo de 13-17 años (11.18%).
En relación a las formas de presentación clínica del SDB la primera es la rectorragia (117, 80.43 %), le siguen la hematoquecia (31, 18.47%) y la sangre oculta en las heces fecales (cuatro, 1.08%).
En la tabla 1 se relacionan los hallazgos endoscópicos encontrados en las colonoscopias realizadas.
La presencia de pólipos aislados (59, 38.81%) fue el diagnóstico endoscópico más
frecuente. En orden de frecuencia decreciente le siguen las colonoscopias normales, en las que no
se encontraron alteraciones que justifiquen el episodio de sangrado (44, 28.94%); la fisura anal
y el pliegue centinela (plicoma) -o ambos- se hallaron en 14 pacientes (9.21%); en siete
niños (7.60%) se encontraron signos endoscópicos de hiperplasia linfoide. Dentro de las
alteraciones de tipo vascular se diagnosticaron hemangiomas y ectasias vasculares en 11 pacientes (7.23%).
La presencia de signos endoscópicos de colitis macroscópica ocurrió en cuatro niños (2.63%)
y las hemorroides y la tricocefaliosis solo se visualizaron en tres pacientes (1.97%) cada
una. Hubo dos niños con signos endoscópicos de proctitis (1.31%) y en otros dos pacientes
(1.31%) se detectó la presencia de innumerables pólipos que se correspondían a poliposis colónica
en todo el colon. Por último en un niño se diagnosticó un tumor maligno de colon
transverso (0.65%): mientras estaba en espera de que se le realizara la colonoscopia diagnóstica para
su rectorragia comenzó con un abdomen agudo quirúrgico, con diagnóstico clínico e
imagenológico de invaginación intestinal, se intervino quirúrgicamente de urgencia y se diagnosticó la
neoplasia en colon transverso, muy cerca del ángulo hepático del colon.
Los resultados anatomopatológicos de las muestras enviadas para ese estudio se presentan
en la tabla 2.
De los 61 casos con diagnóstico de pólipos y polipectomía realizada 49 (32.23%) resultaron
ser del tipo hamartomatoso (juvenil). En orden decreciente le siguen la hiperplasia linfoide
(13, 8.55%) y los pólipos de tipo inflamatorio (10, 6.57%); la colitis crónica inespecífica en
seis casos (3.94%) y la colitis ulcerosa, los pólipos adenomatosos y la proctitis se hallaron en
dos niños cada una (1.31%). El adenocarcinoma de colon se diagnosticó en un paciente (0.65%).
En cuanto a la distribución anatómica de las lesiones polipoideas se destaca que en 49 niños (80.32%) se encontraron pólipos en el recto, seguidos de cuatro pacientes con sus formaciones polipoideas en el colon sigmoide (6.55%) y la presencia de tres niños con pólipos en el colon descendente (4.91%), dos con pólipos (3.27%) en el colon transverso y, por último, un caso con el pólipo localizado en el colon ascendente (1.63%).
DISCUSIÓN
Para los padres la presencia de sangre, ya sea en vómitos o en heces, es siempre un motivo
de alarma. A diferencia de los adultos, la hemorragia digestiva en el paciente pediátrico no
suele tener consecuencias graves.
El predominio del sexo masculino es frecuente en varias
series, 2,3 aunque en menor
proporción que en esta. En cuanto al grupo de edad más frecuente no se hallaron publicaciones donde
se especifique este dato entre la población pediátrica.
La forma de presentación clínica de mayor predominio fue la rectorragia, que se explica por
la ulceración traumática del paso de las heces sobre el pólipo, lo que recuerda que el patrón
más común de la hemorragia digestiva baja crónica es en pequeña cantidad y con
intermitencias; así se comportó en todos los casos de la presente investigación. Esta manifestación ha
sido documentada en una investigación realizada en Nigeria, pero en mucha menor
proporción.4
La sangre oculta en heces, como indicación de la colonoscopia, tuvo muy baja proporción en
el estudio (cuatro pacientes), aunque también fue baja entre la población infantil de la serie
de Cooper y colaboradores.5
Dentro de las lesiones causantes del SDB son bien conocidos, como una de sus
principales causas, los pólipos del tracto gastrointestinal, que son masas bien delimitadas, originadas en
la mucosa y que protruyen hacia la luz del órgano, que morfológicamente pueden ser
pediculados o sésiles y que desde el punto de vista histológico pueden ser o no de tipo neoplásicos.
El diagnóstico de los pólipos de colon ocurre, en la gran mayoría de las veces, por la
colonoscopia convencional, procedimiento endoscópico muy eficaz con el que se puede precisar el
tamaño, el número y la localización de los pólipos, así como realizar su extirpación y, en caso de no
ser posible, realizar toma de muestra para estudio histológico. El hallazgo de estas
formaciones polipoideas como causa del SDB fue la de mayor frecuencia en esta serie, con similares
resultados hay publicados otros
estudios;5,6 sin embargo, hay investigaciones en las que fue escaso
el hallazgo de pólipos como causa de
SDB.4,7
Referente a los hallazgos endoscópicos encontrados al realizar la colonoscopia en una
buena proporción no se encontró la causa del SDB; similar porcentaje se encontró en otra
publicación.4
Las fisuras anales o la presencia del pliegue centinela (plicoma) que indica la recurrencia
de esta lesión se encontró en pocos casos, aunque su prevalencia debe ser mucho más alta en
la práctica médica diaria, pero debido a que su cicatrización es generalmente espontánea y
a escasas horas de su aparición, son pocas veces visualizadas o tratadas por el personal
médico; otros estudios han informado mucho mayor porcentaje en su
casuística.2,8
Las lesiones vasculares (hemangiomas y ectasias vasculares, entre otros) fueron
encontradas como causa de SDB, aunque con porcentaje similar en una
serie2 y anecdótico en
otra.9
Estas anomalías vasculares a lo largo del tracto gastrointestinal pueden presentarse con o
sin lesiones cutáneas asociadas. Entre ellas se incluyen enfermedades raras como el síndrome
de Rendu-Osler-Weber (telangiectasias hemorrágicas hereditarias) y el de Ehlers-Danlos.
Dentro de las anomalías vasculares sin lesiones cutáneas asociadas se describen las ectasias
vasculares (angiodisplasia), los tumores vasculares (hemangiomas), la lesión de Dieulafoy y
las malformaciones arteriovenosas.6
Las ectasias vasculares o angiodisplasias generalmente son múltiples, de carácter
adquirido, sin causa precisa, localizadas preferentemente en el colon derecho y con peligro potencial
de cursar con síndrome de hemorragia digestiva baja; clínicamente provocan hemorragia
digestiva crónica recurrente.
Las hemorroides son protuberancias de tejido vascular en el conducto anal y constituyen
una de las enfermedades más frecuentes de la sociedad occidental, su incidencia aumenta con
la edad (pico máximo entre los 45-65 años) y predomina en el sexo masculino. Las
hemorroides internas se distinguen por la presencia de sangrado, prolapso y, en menor medida, prurito
y manchado,10 son muy escasas en la edad pediátrica, lo que se demostró en esta pesquisa,
en cambio en la población adulta es muy frecuente y llegan a más de la mitad de los
casos.4
El cáncer colorrectal es una enfermedad muy agresiva en la infancia y se diagnostica
casi siempre en un estadio avanzado y, por consiguiente, con mal pronóstico. Aunque la
incidencia sea baja cada médico debe estar alerta ante la posibilidad de este diagnóstico en la
edad pediátrica y, aunque sea extremadamente raro, es necesario que a todo niño con
constipación persistente inexplicable, distensión abdominal o sangrado rectal se le realice la búsqueda
de este padecimiento. En esta serie el paciente es de menor edad que los encontrados en
otra investigación revisada11 y su forma de presentación fue SDB en forma de rectorragia;
similar cuadro clínico se publicó en otra
investigación.12
Se han publicado 239 casos con adenocarcinoma de colon en edad pediátrica desde 2000
a 2011 y, al igual que en esta investigación, la condición predisponente fue la ausencia
de poliposis de colon hereditaria y de historia familiar de pólipos
adenomatosos.13
El análisis histopatológico es considerado un procedimiento imprescindible para un
correcto diagnóstico ante cada pólipo pues a la visualización endoscópica no es posible
clasificarlos adecuadamente y el dictamen histológico determinará la conducta posterior con cada paciente.
Dentro de los pólipos no neoplásicos se describen varios tipos como los
hamartomatosos (juveniles y Peutz Jeghers), el hiperplásico y el inflamatorio. El hamartoma se define
como tejido maduro nativo de la localización anatómica, dispuesto de manera desordenada. En
el colon los pólipos hamartomatosos están compuestos por tejido epitelial y
estromal, endoscópicamente son pediculados y pueden ser solitarios como el pólipo juvenil,
pero eventualmente podrían formar parte de poliposis hamartomatosas como los pólipos de
Peutz Jegher. En este estudio la mayor cantidad de pólipos tuvo diagnóstico de
hamartomatoso (juvenil), igual a lo publicado en una
investigación.14
En orden de frecuencia le siguen, en esta investigación, los pólipos inflamatorios, que son
el resultado de la cicatrización de la inflamación en su fase regenerativa y que a veces
forman puentes mucosos que atraviesan la luz. En algunos pacientes se presentan, con más
frecuencia, en lesiones como la colitis ulcerosa, la enfermedad de Crohn, la colitis amebiana o la
disentería bacteriana, la esquistosomiasis, entre
otros.6,14
Los pólipos hiperplásicos se originan de una apoptosis retrasada o fallida en las células
epiteliales que lo conforman, por lo que técnicamente no se produce una real hiperplasia. Se han
identificado en estos pólipos mutaciones en genes reguladores del ciclo celular como Kras o BRAF;
la significancia clínica de estos hallazgos aún está en estudio. Endoscópicamente son
lesiones pequeñas (menos de 5mm), sésiles, localizadas en la cresta de los pliegues, generalmente
en rectosigmoides (casi el 90%), no presentan displasia, carecen de riesgo de malignización y
no ameritan seguimiento.6
Los pólipos neoplásicos o con potencial de malignización pueden ser epiteliales (adenomas)
y mesenquimales (leiomiomas, linfomas, entre otros). Los pólipos adenomatosos son el
resultado de una proliferación anómala del epitelio de la mucosa intestinal, con aparición de
displasia. Estos pólipos adenomatosos con capacidad para evolucionar a la malignización se clasifican
en tubulares, tubulovellosos y vellosos, en dependencia del componente papilar.
Actualmente se acepta que este tipo de pólipo precede, en la mayoría de los casos
(alrededor de un 95% de los casos), al cáncer colorrectal; en la actualidad se manejan por igual
los adenomas aserrados.15 A diferencia de otros estudios en los que se informa una mayor
prevalencia de los pólipos adenomatosos, no ocurrió así en esta investigación, pues es conocida
esa existencia entre la población adulta, cosa que no ocurre en los
niños.16
La enfermedad inflamatoria intestinal tiene dos rangos de aparición: en la primera infancia y
en la sexta década de la vida; existen diferencias sustanciales en cuanto a la epidemiología,
las características clínicas y la historia natural de la enfermedad en grupos de edades. En
este estudio se diagnosticaron como causa de SDB dos pacientes con colitis ulcerosa,
porcentaje mucho más bajo y en edades de menor frecuencia de aparición que en publicaciones
revisadas.17,18
La proctitis como causa de SDB fue, al igual que en esta investigación, referida en
similares proporciones que en otra serie.19
En las colonoscopias y las polipectomías realizadas en este trabajo no hubo accidentes
o complicaciones; en otro trabajo20 esta incidencia está en alrededor del 1%. Es conocido
que mientras mayor son las lesiones o los pólipos (de más de 2cm de diámetro) más aumenta
el riesgo de hemorragias, sobre todo si están localizados en el colon derecho y son del tipo sésil
y además si son pacientes con tratamiento con anticoagulantes o antiagregantes; ninguna
de estas condiciones estuvo en esta investigación.
En cuanto a la localización anatómica de los pólipos de colon, la inmensa mayoría se
detectaron en el recto, resultados similares a los de otro
estudio.16
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Recibido: 26-8-2014
Aprobado: 3-9-2014
Juan Mario Reyes Vera. Hospital Pediátrico Universitario "José Luis Miranda". Avenida 26 de Julio y 1ra. Reparto Escambray, Santa Clara, Villa Clara, Cuba. Código Postal: 50200 Teléfono:(53)(42)271745. Correo electrónico: juanmr@hped.vcl.sld.cu
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